La ausencia de un ser querido puede tomarse como parte natural de la vida, pero aún así el golpe y la confusión puede dar lugar a largos períodos de tristeza y depresión. Sobrellevar esta pérdida es uno de los mayores retos que enfrentan las personas. La muerte de la pareja, un hermano o un padre puede causar un dolor especialmente profundo.
Puede haber pasado varios meses, incluso años, pero pareciera que el sentimiento se reactiva en los aniversarios de fallecimiento. Muchas personas interpretan esta reacción como un retroceso o una vuelta atrás en el proceso de duelo. Sin embargo, se trata de un hecho totalmente normal y razonable.
Se le puede dar una vuelta a lo que se siente, y ver el aniversario como una forma de recordar desde lo positivo a quien partió. Existen actos que pueden brindar ese apoyo necesario para afrontar esa fecha tan importante con otra cara. Como por ejemplo, una ceremonia conmemorativa puede brindar a los familiares y amigos la posibilidad de compartir los momentos vividos con quién falleció, y dedicarle momentos o actos en su nombre.
Otros actos que ayudan a prepararse al primer aniversario:
Una misa: Organizar una ceremonia en la iglesia más cercana donde puedan asistir los familiares más íntimos de la persona fallecida permitirá sentir el apoyo espiritual y emocional de los seres queridos.
Visita el cementerio:Una visita al cementerio, llevar flores, y hablar con él(la) sobre lo que se ha sentido durante el año que ha pasado luego de su dolorosa partida, sin temor a llorar ni hablar frente a su tumba, es una saludable manera de expresar los sentimientos que se siente por su pérdida. Si no se puede afrontar la visita solo, siempre se puede acompañar de un familiar o amigo.
Una reunión familiar: Se puede organizar una reunión familiar en donde los miembros más íntimos de la familia puedan compartir un espacio de acompañamiento y comprensión mutua en el dolor.
Realiza una actividad solidaria:Piensa qué regalo le hubiese gustado recibir a tu ser querido, cómpralo y dónalo a una persona que lo necesite.
Hacer una actividad que el ser querido disfrutaba: ¿El ser querido solía deleitarse con un paseo en bicicleta? ¿Amaba caminar por la playa? ¿Disfrutaba de un picnic en el parque? ¿Cuáles eran las actividades que solía disfrutar durante sus ratos libres? Practicar alguna de ellas unas horas puede ayudar a recordar los gustos, sueños y rasgos de su personalidad que tantas buenas anécdotas han quedado conservadas.
Cumplir uno de los sueños:¿Cuáles eran aquellas cosas que dejó pendientes o aquellos sueños que por motivos laborales, económicos o de tiempo nunca pudo concretar? Realizar uno de ellos ayudará fortalecer el vínculo.
Plantar un árbol:A veces se pierde de vista lo maravillosa que es la vida. Sin embargo, la naturaleza muestra una y otra vez el milagro de poder disfrutar el aquí y el ahora, entonces, ¿por qué no plantar un árbol dedicado a nuestro ser querido? Puede ser en el jardín de la casa o bien en su parque preferido. Con este pequeño gesto no sólo podrás homenajear la vida de quien ya no está contigo sino que también será un valioso lugar al que puedas ir cada vez que desees sentirlo a tu lado.