Las claves para superar la muerte de un ser querido
El COVID-19 ha afectado la vida de todos y, a su vez, la forma en cómo superamos ciertas dolencias o pérdidas como lo es la muerte de un ser querido. La crisis actual nos hace redefinir las formas en cómo superar esa tristeza y angustia y, también, nos hace entender lo rápido que puede cambiar la vida de una persona.
Antes de entrar en detalle acerca de las claves para superar la muerte de un ser querido, primero debemos entender que el duelo conlleva todo un proceso y hoy en día que no es posible, estar cerca de la persona que ha fallecido, es muy importante ayudarnos con todos los medios a nuestro alcance a vivir este proceso de duelo.
Cuando ocurre la muerte de un ser querido, experimentamos muchas y diversas emociones, incluso estas se pueden manifestar cuando sabemos que la partida de alguien está por suceder. Muchas personas dicen que sienten una etapa inicial de entumecimiento o frustración después de enterarse por primera vez de la muerte de su familiar, pero no existe un orden real para el proceso de duelo. Algunas emociones que pueden experimentar durante el duelo son la negación, confusión, enojo, tristeza, desesperación, culpa, etc.
La verdad es que el dolor y todas estas emociones no desaparecen en el transcurso de seis meses o un año como algunos suelen creer. Depende de muchos factores, el vínculo o la relación que teníamos con el difunto, si es un padre, o una madre, un hijo o un amigo; como se dió el suceso, por ejemplo, por una enfermedad prolongada o por un accidente, y también dependerá del contexto en el que estemos viviendo.
Por otro lado, debemos comprender que el dolor de la partida puede acompañarnos toda la vida, de lo que se trata es de aprender a vivir con ese dolor e irlo aceptando y sanando.
Ser conscientes acerca de lo que conlleva el duelo es entender que, inevitablemente, tendremos una diversidad de emociones, pensamientos y actitudes como lo mencionamos al principio. Efectivamente, al comienzo el dolor forma parte de ti, habrán momentos de silencio, momentos de llanto, pero debemos tener presente que no podemos quedarnos refugiados en ese dolor. Y para evitar quedarnos refugiados ahí, decidimos compartir estos consejos.
Aceptar que por momentos querremos estar solos y llorar. No debemos sentirnos culpables. En muchas ocasiones, este tiempo de soledad o aislamiento, nos puede servir para reconocernos en esta situación o meditar sobre lo sucedido.
Para seguir con el proceso se necesita paciencia. Debemos entender que la tristeza seguirá con nosotros, pero a la vez hay que seguir con nuestra vida cotidiana, porque la tristeza, como cualquier emoción, es pasajera. Empecemos de a poco con nuestra vida diaria, no intentemos volver a la normalidad de un día para otro.
Debemos abrir espacio para otros. Sabemos que, dadas las circunstancias, es imposible estar cerca de la familia pero sí es posible mantenerse en contacto con ellos gracias a la tecnología. La apertura sobre nuestros sentimientos nos permitirá comenzar el proceso de curación.
Compartamos recuerdos. Siempre hay maneras de recordar a la persona que falleció. Por ejemplo, podemos hacer un álbum de fotos o una llamada con alguien cercano para poder conversar acerca de los momentos o anécdotas en relación a esa persona.
Se recomienda realizar una ceremonia de despedida. En este contexto podemos recurrir a las oraciones, Misas transmitidas en línea o una reunión familiar virtual realizando un ritual de despedida.
Ahora que ya sabes todos estos consejos, date tiempo. En medio de una pérdida, hay personas que encuentran oportunidades de crecimiento. En muchos casos, las personas emergen de las profundidades de su duelo con mayor confianza en su capacidad para manejar los dolores y las dificultades de la vida.
Nadie espera que tengas un proceso de duelo perfecto. Recuerda que cada una de tus luchas construyen tu carácter. Tus experiencias te hacen único. Solo recuerda que la decisión de iniciar el proceso de curación después del duelo depende de ti y que no estas solo. Entonces, cuando estés listo, sal y aprovecha las nuevas oportunidades que tiene la vida para ti.
Ten en cuenta en que en estos momentos de dolor es cuando podemos tener un corazón más abierto a Dios que nos mira con misericordia y nos recuerda que está siempre con nosotros y nos pide que confiemos en Él.
Como última reflexión, debemos saber que, al final, el objetivo del duelo es aprender a amar a la persona a través de la ausencia.